¿ Qué es el Glutatión ?

Estrés oxidativo: uno de los peores enemigos de nuestra salud

“Estrés oxidativo" es el término utilizado para describir el daño causado a nuestras células por los radicales libres (también llamados "especies reactivas del oxígeno" o "ROS"). Estos ataques repetidos no dejan de tener consecuencias para nuestro organismo. Las ROS, que se producen continuamente en las mitocondrias a partir del oxígeno, son compuestos especialmente tóxicos para nuestro organismo. Los antioxidantes son moléculas que contrarrestan la acción de los radicales libres. Incluyen vitaminas y enzimas.

El estrés oxidativo se produce cuando se altera el equilibrio entre los ROS y los antioxidantes. Los efectos de esta alteración pueden ser especialmente nocivos, sobre todo a largo plazo. Cuando la producción de radicales libres es demasiado elevada para ser combatida de forma natural por los antioxidantes, el envejecimiento de nuestras células se acelera y favorece el desarrollo de ciertas patologías como los cánceres o las enfermedades neurodegenerativas. Factores como el tabaquismo, la radiación UV, los agentes infecciosos, los medicamentos y la contaminación pueden aumentar la producción de radicales libres. Como dijo Jacques Prévert, "por muy sano que estés, siempre acabas oxidándote".

Glutatión: el principal antioxidante de nuestro organismo

El glutatión es el antioxidante más eficaz conocido hasta la fecha. Producido naturalmente por nuestro organismo, desempeña un papel fundamental en el funcionamiento del cuerpo. Casi todas nuestras células contienen grandes cantidades de esta molécula tripéptida, formada por la combinación de ácido glutámico, cisteína y glicina. Desempeña numerosas funciones en la desintoxicación del organismo: limpia el cuerpo de diversos agentes indeseables, como toxinas, metales pesados, contaminantes y otras sustancias químicas que luego se excretan a través de los órganos de eliminación (riñones e intestinos).

El glutatión también elimina las especies reactivas del oxígeno, combatiendo así eficazmente los daños causados por el estrés oxidativo. Al mismo tiempo, interviene en otros mecanismos de defensa, favoreciendo la acción de antioxidantes como la vitamina C o la vitamina E. Además, el glutatión desempeña un papel fundamental en la función mitocondrial, participando así en la producción de energía en el organismo. Descubierto en 1888, este excelente agente "antioxidante" es esencial para numerosos procesos metabólicos y bioquímicos de nuestro organismo, entre ellos la síntesis y reparación del ADN.

Se encuentra de forma natural en células animales, plantas y hongos. Las concentraciones de los aminoácidos que componen el glutatión son especialmente elevadas en frutas como pomelos, frambuesas, naranjas, melocotones, manzanas, plátanos y aguacates. Verduras como las espinacas, el brécol, los espárragos, la coliflor o las coles de Bruselas también contienen cantidades elevadas.

¿Qué sucede cuando nuestras células carecen de glutatión?

Con la edad (alrededor de los 50 años), la producción natural de glutatión por nuestro organismo disminuye considerablemente. Esta disminución puede verse acentuada por una actividad física excesiva, pero también por ciertas enfermedades, así como por una mayor exposición a toxinas, medicamentos, contaminación ambiental, etc.

En resumen, todo lo que provoca estrés oxidativo conduce a una reducción de la producción de glutatión. Esto a su vez provoca una aceleración del envejecimiento, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas, especialmente las relacionadas con la edad, incluidas las enfermedades neurodegenerativas. El sistema inmunitario también se debilita, dejando la puerta abierta a todo tipo de infecciones, especialmente los virus que pueden causar complicaciones graves e incluso la muerte. Las barreras protectoras de los sistemas respiratorio y digestivo se debilitan especialmente cuando el organismo no produce suficiente glutatión. En tales casos, puede recomendarse la administración de suplementos, siguiendo el consejo de un profesional de la salud.

También es importante saber que ciertos nutrientes pueden mejorar la absorción del glutatión por el organismo y aumentar su actividad dentro del cuerpo. Entre ellos se encuentra la vitamina C, pero también oligoelementos como el selenio, el cobre, el zinc, el hierro y el manganeso. En cualquier caso, para un efecto óptimo, se recomienda llevar una alimentación sana, variada y equilibrada, pero también practicar una actividad física de forma regular. También hay que tener en cuenta que uno de los precursores del glutatión es la acetilcisteína, un derivado del aminoácido cisteína. Se encuentra en muchos complementos alimenticios.

El glutatión contra las infecciones

En la actualidad, cuando una crisis sanitaria lleva más de un año sacudiendo al mundo, centrarse en nuestra salud inmunológica es fundamental, más que nunca. Ahora está claro que el glutatión juega un papel fundamental en la lucha contra las enfermedades infecciosas. Los estudios son claros al respecto: los altos niveles de glutatión en las células se asocian con una respuesta adecuada a las infecciones virales.

Esta molécula protege a las células inmunes del daño causado por agresiones externas y mejora los mecanismos de inmunidad que son esenciales para la protección del cuerpo contra los virus. Además, los investigadores también han descubierto que el glutatión bloquea directamente la replicación de muchos virus. Estas propiedades antivirales evitarían la acumulación de carga viral en el organismo, así como una posible reacción inflamatoria en los pulmones (“tormenta de citoquinas”) característica de muchas patologías virales.

Por otro lado, estudios han demostrado que la suplementación con acetilcisteína puede aumentar los niveles celulares de glutatión, dando lugar así a una acción protectora de los pulmones, vías respiratorias y sistema gastrointestinal frente a agresiones externas. Puede ser conveniente combinarlo con selenio, un oligoelemento esencial para el buen funcionamiento del sistema inmunitario.

¿Glutatión para prevenir formas graves de Covid-19?

Es un hecho que las personas mayores, especialmente aquellas con comorbilidades, tienen más probabilidades de desarrollar e incluso morir de formas graves de Covid-19. El estrés oxidativo y la inflamación desempeñan aquí un papel especialmente importante.

Según los científicos, la falta de glutatión puede afectar gravemente a la respuesta inmunitaria del organismo a la infección por SARS-CoV-2. De hecho, las personas que padecen enfermedades crónicas (directamente relacionadas con el estrés oxidativo) y, por tanto, corren un mayor riesgo de contraer Covid-19, suelen sufrir una carencia de glutatión, que es, como hemos explicado, un antioxidante especialmente potente.

Por otra parte, también se ha descubierto que los hombres son más propensos a desarrollar síntomas graves de la enfermedad y tienen una tasa de mortalidad más elevada que las mujeres. Dado que los hombres tienen niveles más bajos de glutatión que las mujeres, son más susceptibles al estrés oxidativo y a la inflamación que ellas. Esto podría explicar por qué el SARS-CoV-2 es más peligroso para los varones.

Además, el tabaquismo también es un factor de riesgo para las complicaciones graves del Covid-19. Dado que el humo del tabaco reduce el nivel de glutatión en las células de las vías respiratorias, esto hace que los pulmones sean más susceptibles al estrés oxidativo y a la inflamación. Así pues, podría establecerse un nuevo vínculo causal entre la carencia de glutatión y las formas graves de esta enfermedad vírica, así como las muertes asociadas a ella.

En efecto, la falta de glutatión puede ser un importante factor de riesgo de complicaciones en pacientes con Covid-19, como el síndrome de dificultad respiratoria aguda, el fallo multivisceral (cuando los órganos se deterioran rápidamente) y la muerte. Debido a la actividad antivírica del glutatión reducido, los individuos deficientes serían más susceptibles a la replicación incontrolada del SARS-CoV-2, lo que daría lugar a una carga vírica elevada.

Según varios estudios científicos, en la gravedad de los síntomas de Covid-19 influye una alteración de la homeostasis (el proceso de regulación de nuestro organismo para mantenerlo en equilibrio), que a su vez puede atribuirse a una deficiencia de glutatión reducido y, por tanto, a un aumento del estrés oxidativo causado por los radicales libres. Los científicos han descubierto que los pacientes con formas moderadas o graves de Covid-19 tienen niveles más bajos de glutatión y más especies reactivas del oxígeno que los pacientes con formas leves de la enfermedad.

Según un estudio publicado el 28 de mayo de 2020, la disminución del glutatión es inversamente proporcional a la tasa de replicación del virus, del mismo modo que un aumento de la carga viral agrava el estrés oxidativo causado a los pulmones. Según el autor del estudio, este hallazgo sugiere que el coronavirus no puede multiplicarse eficientemente en personas con altos niveles de glutatión celular. Todo indica que en estos casos la carga viral sigue siendo mínima, al igual que las manifestaciones clínicas de Covid-19.

¿Protegerse del Covid-19 con glutatión?

Entre los factores de riesgo que influyen en la carencia de glutatión se encuentran el envejecimiento, el sexo masculino, las comorbilidades y el tabaquismo. La deficiencia de esta molécula también puede ser consecuencia de una reducción del consumo de frutas y verduras frescas, ya que éstas aportan los aminoácidos que componen el glutatión.

Según varios científicos, una deficiencia endógena de glutatión hace que las personas que la padecen sean mucho más vulnerables al SRAS-CoV-2, independientemente de la causa de la deficiencia. Esta hipótesis abre nuevas vías de etiología y permite comprender mejor los procesos responsables de las formas graves de Covid-19. Sabiendo que el efecto antiviral del glutatión no es selectivo, es muy probable que sea eficaz para contrarrestar la replicación del SARS-CoV-2. Estos hallazgos podrían conducir a nuevas medidas preventivas, así como a tratamientos prometedores para el Covid-19, incluida la suplementación con el precursor del glutatión N-acetilcisteína.

Sources

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