Cada día, tu cuerpo libra batallas constantes contra virus, bacterias y otros invasores que pueden afectar tu salud. La clave para enfrentarlos está en tus defensas, es decir, en tu sistema inmunitario. Imagínalo como un “ejército de soldados especializados”: por un lado, se encuentran los glóbulos blancos que detectan y eliminan las amenazas, y por otro, los anticuerpos, capaces de marcar y neutralizar a los invasores. Además, órganos como el bazo, los ganglios linfáticos y la médula ósea funcionan como bases donde se crean estos “soldados”. Sin un sistema inmunitario fuerte, cualquier resfriado podría convertirse en un problema grave. Pero cuando nuestras defensas están en buen estado, nos mantienen protegidos.
Para muchos, la transición entre estaciones supone un reto adicional, ya que los cambios de temperatura y la exposición a distintos patógenos pueden debilitar nuestras defensas. Afortunadamente, existen varias formas de ayudar a tu organismo a mantenerse fuerte de manera natural. En este artículo, conocerás cómo potenciar tu sistema inmune incorporando ingredientes como la equinácea, la vitamina C, el propóleo y el jengibre.