Mantén una alimentación equilibrada: Prioriza alimentos ricos en vitamina C, vitamina D, zinc y antioxidantes, como frutas, verduras, frutos secos y pescado azul. Estos nutrientes son fundamentales para proteger nuestro organismo.
Hidrátate correctamente: Aunque en invierno bebemos menos agua, mantenernos hidratados es crucial para el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
Descansa lo suficiente: Dormir entre 7 y 8 horas diarias permite a nuestro cuerpo recuperarse y fortalecer sus defensas.
Haz ejercicio moderado: La actividad física regular ayuda a estimular el sistema inmunitario y a reducir el estrés.
Apóyate en complementos naturales: Si sientes que tus defensas están bajas o necesitas un impulso extra, los complementos alimenticios naturales pueden ser grandes aliados.